martes, 2 de septiembre de 2008

Y AL SEPTIMO DÍA...


Cada vez que pienso en las prisas que tendría Dios para crearlo todo en seis días me pongo malo. Mucho trabajo, poco tiempo y seguramente demasiada improvisación.
Y según cuentan los escritos, el séptimo día se echó un merecido descanso.
"Y vio que todo era bueno."
¿En cual de sus sueños crearía la música? Algo tan identificativo de cada una de las regiones del mundo y tan global a la vez. Una avanzadilla de la fiesta, una expresión del estado de ánimo, un mero acompañamiento... Un actor secundario de primer orden.
Sea como fuere, bendita sea y benditos los sones que inundan nuestras vidas.

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