Chiclana es una población hoy conocida por su "industria" turística y su infraestructura hotelera, pero no siempre fue así.
El fenómeno turístico se puede considerar como muy reciente, y anteriormente la dedicación de los chiclaneros era muy diferente.
Gente de campo y bodega, de finos con mucha personalidad, con tecnología cero y toda la tradición del mundo.
Desgraciadamente, el desarrollo económico del turismo está consiguiendo diluir esta tradición, y como muestra de ello es esta foto realizada en una bodega dejada a su suerte con los más puros signos de abandono repentino, esto es, sin ni tan siquiera haber sido desmantelada. Todo un cementerio donde descansa la tradición que anteriormente agonizó ahí mismo.
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