Sevilla es tan... es tan... es tan Sevilla que puede llegar a saturar.
Es como un whiskey añejo y de grandísima calidad, que hay que tomar a sorbos cortos para que no empalague. Ahora un rincón, más tarde otro... todos diferentes y todos Sevilla.
Ciudad para escaparse y perderse, a la que temo un poco irme a vivir, pues el mundanal trato puede hacerle perder su encanto, o quizás me haga encontrarle su auténtico valor.
Sea como fuere, es Sevilla, toda una caja de sorpresas, tradicional y cosmopolita, nazarena y feriante, donde los chapiñones de Gullivert conviven con detallistas y minituarizados joyeros ambulantes durante una semana al año. Donde las prisas de las grandes avenidas conviven con el sosiego de estrechas callejuelas con tan sólo rodear una manzana, donde todo contrasta , todo se complementa y todo concuerda, donde todo es como es, donde todo es Sevilla.
No temas vivir en Sevilla porque Sevilla estará encantada en recibirte,en abrirse como caja de sorpresas que es,y en no perder su encanto.,no lo dudes, de eso me encargaré yo.
ResponderEliminarMuaksss