Señoras y señores urbanitas todos: Eh aquí una auténtica cuesta.
Del invento ese moderno de la cuesta de enero se ríen en los escarpados pueblos blancos de la Andalucía rural y tradicional.
Pueblos donde la ya tintineante palabra "crisis" suena a cosa rara, pues la dificultad económica vive en casa, casi como si tuviese ya una habitación para ella y como si hubiese que ponerle su plato a la mesa.
A los que estamos hechos a la comodidad del terreno llano, medios de locomoción para todo o vivir entre mil y una comodidades superfluas, un simple paseo por calles así nos puede trasladar a una vida de verdad, de gente con piernas fuertes como pilares, a no aparcar necesariamente en la misma puerta de casa, pues el coche nunca podrá llegar hasta ella.
De vez en cuando, un pasito atrás puede ayudarnos a coger buen impulso hacia adelante.
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