sábado, 28 de febrero de 2009

EL MONSTRUO


Sí, lo reconozco, soy todo un monstruo.
Un mister Hyde que faltará a su cita anual e ineludible.
Un paria desarraigado que se desdice de lo dicho y se deshace de lo hecho.
Pero lo más temible y escalofriante de todo es que sé perfectamente que no me importará.
No se me acelerará el pulso ni me caerá el sudor de forma repentina al ver un resquicio de sol entre las hojas de las grandes puertas.
No tendré puertas del cielo ni del infierno, seré más insensible que nunca aún si cabe, y lo más grave es que no me invadirá la pena por no estar allí.
Con el pasar de los acontecimientos he acabado tristemente inmune, lastimosamente impasivo.
Lo dicho, todo un monstruo sin pasión ni sentimientos.
Pero después de todo sólo acabo preguntándome...¿Quién es más monstruo, yo o los Frankenstein que me han creado a mí y a tantos otros?
Que Dios reparta suerte... la que cada uno deba correr.

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