Una faena taurina con pellizco... Un cantaor flamenco con pellizco... Una cuadrilla con pellizco... ¿Qué es eso del pellizco que todos quieren tener a toda costa? ¿Qué tipo de valor es que cotiza tan en alza?
La verdad es que se me hace temerario el ponerle nombre a una sensación tan efímera, corta y profunda al mismo tiempo.
En un mundo tan plano y lleno de corazones cansados de latir pocas cosas hay que nos causen benignas taquicardias, que rompan el monótono tic tac de los relojes en los que se ha convertido el pecho.
Lo dicho, estamos faltos de pellizco. Pero también estamos saturados de falsos profetas que prometen un maná anímico que no tienen, de gente que alimenta sus egos a base de crear cantos de sirena que el resto de los mortales estamos deseando escuchar.
Sea como fuere... ahí va una foto con pellizco en un blog con pellizco.
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