La vanidad, la desconfianza, el afán de protagonismo, la frustración, la imperiosa necesidad de tener una corte de aduladores... Son cualidades ausentes en mi persona, y de las que cada día me asqueo aún más si cabe. Hoy las odio más que ayer pero menos que mañana.
Puede que debido a la repulsión que me causan he acabado un poco distanciado del "circo oficial" de las cofradías.
He ido perdiendo cargos que a fin de cuentas resultaban ser cargas y los he canjeado por toneladas de libertad.
Me he convertido en un freelance sin nombre, en un espectador de a pie y acera, eso sí, con un gusto por lo bueno y un sentido crítico muy desarrollados.
Y finalmente, como no podía ser de otra forma, mi cámara se ha llenado de rosas. Cada día de la semana una rosa de los vientos que fije mi destino, un lugar diferente cada día donde captar momentos, un pálpito diferente cada día que me lleve a donde el corazón pida y el cuerpo aguante.
Precioso final a la que ha sido tan dura historia.
Me encantan tus fotos
ResponderEliminarQue bien escribes mamonazo
ResponderEliminar... estoy pensando que voy a tener que partirte las piernas.. jajajaja WAPOOOOOOOOOOOOOOOO!!! muacksssssssssss!! :*
ResponderEliminarJoe, Carmele, con esos tres comentarios vas de menos a más subiendo de tono, eso sí, como no puede ser contigo de otra forma al ginal acabo mal parado jajajajajaja
ResponderEliminarQué arte tienes hija
Por favor... ¿yo arte? ¡venga ya hombre! ¡tú si que tienes arte! oye... y ese diablito??? jajaja vaya tela ¡ding! voy a por la leche del microjondas.
ResponderEliminarUn beso caso y puro en la frente.
Va a decirme que no mola mi manzana diabólica... jajajaja
ResponderEliminarPedrito lo de freelance me suena....
ResponderEliminarJose el de la Calle Ancha con San Rafael...
Jose, tengo que reconocerte que me he adueñado del término que utilizaste... Y bien sabes que a día de hoy no sólo es teoría, sino que también es práctica.
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