martes, 23 de marzo de 2010

OS ENVIDIO


Una mezcla de sentimientos se apodera de mí cuando levanto la hoja del calendario y veo los dos fatídicos días seguidos marcados en rojo.
Por un lado se quiere dibujar en mi cara una sonrisa de complaciencia, pero al recordar que estoy fuera de esta obra un borrador gris deshace las líneas que someramente comenzaron a crearse.
En ese justo momento envidio a mucha gente. Siento celos de los actores secundarios que son los que realmente crean la grandeza de esta función.
Envidio al chaval que limpia afanosamente la plata, al costalero que empuja fuerte "pa arriba y pa alante", al nazareno de fila que porta su cirio acompañando a su venerada imagen con todo el fervor del mundo, al espectador que desde la acera parece convertírsele los ojos en húmedo vidrio de día lluvioso... Defintivamente envidio a todas las hormiguitas que aportan de forma incondicional, en parte por amor y en parte porque han tenido la grandiosa suerte de no haber pasado de ser hormiguitas, de no querer ser miserables protagonistas ni estar rodeados de ellos.

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