El calor que reina a ciertas horas en estas fechas invita a parar, a bajar el ritmo vital, a relajarse esperando horas más propicias para la actividad.
Habrá quien se eche una siesta, habrá quien vaya a la playa a tostarse y cómo no, habrá quien disfrute de horas ociosas viendo pasar el mundo, empleando una mezcla de relax y paciencia, y ya los más extremos adoptan costumbres más propias de latitudes un poco más sureñas como sugiere esta foto, añadiendo a la temperatura e resto de los ingredientes propios de esas tierras.
Que buena pinta tiene eso ¿no? solo falta una cachimba al lado.
ResponderEliminarYo el té a las "DOCE DE LA NOCHE" manías que tiene una...