Esta patera apunta con su quilla al mar que añora.
Quedó abandonada a su suerte después de ser descubierta en pleno trabajo.
Este era el ferry de lujo que transportaba a un puñado de pobres almas en busca de falsas promesas.
Y ahí quedó. Diciéndole al mar como dice en su canción Sabina: Así estoy yo sin tí.
Como quinto en día de permiso, como angel sin paraiso, como la mirada de un maniquí.
En definitiva, esperando una muerte lenta , dolorosa y deshonrosa.
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