viernes, 3 de abril de 2009

LA PRIMERA DE LA MAÑANA

No vivo enmedio del campo. Tampoco vivo en un pequeño pueblo de la Andalucía de estampas típicas y entorno rural. Pero hoy tengo que admitir que así me lo pareció.
Dicen los que saben de estas cosas que el sentido del olfato es el más primitivo de todos, y justo por eso mismo es también el más fiable y el que tiene más memoria, y fuí fiel testigo de ello.
Al salir de casa recién levantado pude experimentar la sensación de haberme trasladado, no sé si de lugar o tiempo, pero de haberme trasladado.
Una mezcla de sensaciones que activaron mis sentidos durante un cortísimo espacio de tiempo, puede que inapreciable para la mayoría de la gente, pero que yo guardé como mío, como quien guarda la foto de un ser querido en la cartera, como si lo fuese a llevar al banco para "ponerlo a plazo fijo".
Por un lado, mi cara cortó una brisa fría, aunque no desagradable. Aire probablemente escapado por alguna mella de la serranía, aire que no me pareció propio de costa ni de poblaciones como ésta en la que vivo.
Por otro lado, y por fin, el olfato me describió una imagen que no es la que tenía delante. Mis ojos decían que estaba en un mar de hormigón y asfalto mientras que mi olfato me susurraba poemas de Machado y Lorca, me cantaba coplas de Lole y Manuel , de Jarcha...
Se confundían aromas a chimeneas mezclados con pan recién hecho, chicharrones de la tierra... aromas todos que ya no sabe uno si identificarlos como propios de aquí o que quizás vinieron cabalgando a lomos de la brisa fugitiva.
Y ya por último... ya por último el pan soltó un guiño a rosquetes. Signo inequívoco de lo que tenemos encima. Para que los eruditos después vengan hablando de inciensos viene una brisa y les da una lección.

1 comentario:

  1. Me ha entrado hambre jejejejeje ¡ole tú! muacksssss!! que vales más que un lingote de doscientos millones de euros.

    P.D.: Si ves algún lingote... dímelo ¿eh? que estoy más tiesa que unas bragas tendidas en Siberia a las 3 de la madrugada.

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